Entre la alimentación y las emociones existe un complejo vinculo, tal es así que se denomina con frecuencia a nuestro intestino como nuestro segundo cerebro, pues todo lo que comemos puede tener su causa en las emociones.
A través de las constelaciones familiares nos atrevemos a dejar de dar la espalda para mirar y resolver enredos de nuestro sistema.
Importante mirar de frente, llevar al consciente, temas que están tapados y que de alguna manera están manejando nuestras vidas.
Sanar relaciones del pasado para establecer vínculos saludables con la familia, los amigos, la pareja…
Amar no es atarse a nadie ni “pertenecer” a alguien. Amar es “participar” en un viaje acompañado de otra persona.
Tenemos la creencia de que la abundancia significa tener muchas cosas materiales y cuanto más tenemos más completos somos. Sin embargo, la abundancia va más allá de las cosas materiales ya que es una conexión con el todo. Abundancia es estar conectado interiormente con una sensación de plenitud, por la cual sientes que disfrutas de todo lo que tienes en tu vida, de todo lo que haces y lo que eres.
El orden es lo primero. El respeto al que estaba antes nos lleva a la conexión con lo que siempre estuvo, con ese algo más grande que lo piensa y lo mueve todo tal como es, con el mismo amor hacia cada uno.
Inconscientemente estamos influenciados por nuestro sistema familiar transgeneracional y hemos heredado algunos problemas no resueltos de la familia.
Hay patrones de conducta que ejercemos de forma inconsciente, como lealtad a uno de nuestros progenitores o algún miembro de la familia, esté vivo o muerto, lo hayamos conocido o no.
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A través de las constelaciones familiares nos atrevemos a dejar de dar la espalda para mirar y resolver enredos de nuestro sistema.
Importante mirar de frente, llevar al consciente, temas que están tapados y que de alguna manera están manejando nuestras vidas.
Nuestras raíces familiares tienen un impacto profundo en nuestra vida y en nuestras relaciones, por eso es importante honrar a nuestros ancestros y las generaciones anteriores.
Relación sana es aquella en la que NO se espera que la otra persona cubra tus carencias afectivas y viceversa.
